Cuando la incertidumbre parece ganarle a la esperanza me gusta aferrarme a la idea de que la característica intrínseca del futuro es la incertidumbre, pero con actitud podemos convertirla en visión. Desde otra mirada y con una actitud diferente, que permita ver el más allá; los momentos más grises son solo la antesala de brillantes amaneceres.
Este fin de año, mientras las personas abracen a los que aman y den gracias por un 2024, seguramente navegará una ola de deseos de prosperidad, de sueños por cumplir y la esperanza de un 2025 mejor para todos. Mientras esos deseos existan, existirá también la posibilidad de transformarlos en realidad; con esfuerzo, y probablemente con muchos desafíos que superar.
Este ha sido un año particularmente difícil para el país, pero en estos párrafos no quiero centrarme en las causas de esta adversidad, sino en los elementos que considero, debemos tomar como banderas para transformarla y encaminarnos en nuevos rumbos de cara al año que estamos por iniciar.
Durante las últimas dos décadas de mi vida, he tenido el privilegio de estar rodeado de personas visionarias, de empresarios y emprendedores que han entendido que términos como “problema” o “necesidad” no son más que la ventana para encontrar soluciones y oportunidades, y si me preguntan, esa es la esencia del espíritu emprendedor boliviano, y una de las claves que nos ayudarán a sortear estos momentos adversos. El constante aprender y desaprender, adaptarnos e innovar, requiere coraje, pero son acciones que todo boliviano puede y hace constantemente, por eso se debe dar el valor y apoyo que corresponde a quien con sus manos, ideas, capital y entusiasmo busca darle la vuelta a un problema.
Un segundo elemento clave es el reconocimiento firme de que las crisis y los momentos adversos no se superan en soledad, no hay espacio para la división y el egoísmo, sino para la colaboración y el trabajo codo a codo. Entender que la diversidad es parte de nuestra fortaleza nos permite mirar al otro como un aliado. Cada departamento de Bolivia posee potenciales productivos listos para ser explotados: turismo, gastronomía, agricultura, tecnología y muchos más; encontrar los potenciales productivos de cada rincón de nuestro país y crear cadenas de valor que los transformen en círculos virtuosos de crecimiento y prosperidad es una tarea de todos los bolivianos.
Mirar al mundo más allá de las fronteras es un tercer elemento clave. El mundo se mueve a una velocidad sin precedentes y los anaqueles y plataformas comerciales del mundo merecen albergar productos hechos en Bolivia. Por otro lado, el intercambio de experiencias e inversión extranjera de estar guiado bajo una lógica de competitividad y crecimiento. En este 2024, muchas empresas y startups bolivianas han incursionado en nuevos mercados, no han dejado Bolivia, se han expandido y han demostrado que tenemos todo para llevar el nombre del país más allá de nuestro mercado.
La tecnología y los avances en inteligencia artificial son otra clave para transitar a procesos más eficaces, aumentar la productividad y la eficiencia en momentos que demandan ser más ágiles y costo-efectivos no es solo una opción, sino una necesidad. Esto requerirá también una apuesta por el sector educativo y de las empresas por invertir en la mejora de habilidades digitales, constante actualización y una permanente mirada y oferta académica y de formación en el marco de las tendencias de la transformación digital.
Finalmente, es cierto que Bolivia requiere cambios estructurales e integrales en materia económica, de manera urgente; pero es también cierto, que ninguna recuperación económica será posible sin los 11 millones de personas que al final del día son los dueños y arquitectos de su futuro. Esa fuerza para construir y reconstruir está en cada uno de los bolivianos; collas, cambas y chapacos. Está en cada uno de esos deseos del 31 a medianoche, solo que esta vez, les invito a no soltarlos, sino a trabajar juntos para alcanzarlos.
Decía Borges que el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer, yo lo creo, ¿y ustedes? ¡Les deseo un exitoso y bendecido 2025!