28/7/2025
Con motivo de la celebración del Centenario de la familia Granier en la destilación y vitivinicultura, periodistas y líderes de opinión viajaron a Tarija el fin de semana del 25 de julio
Con motivo de la celebración del Centenario de la familia Granier en la destilación y vitivinicultura, periodistas y líderes de opinión viajaron a Tarija el fin de semana del 25 de julio, para ser parte de la inauguración del restaurante “José Luis”, una experiencia de fuego, vino y memoria, así como la presentación de “Don Lucho XO Siglo Primero”, un singani con más de 10 años de añejamiento.
El envejecimiento de este exclusivo producto, que ha reposado por más de una década, fue logrado con un exclusivo sistema de Crianza en Soleras, elegido por ser un proceso artesanal que combina arte, ciencia y disciplina. Como homenaje a su origen, cada botella, de las que se produjeron sólo 400, incluye una joya en bolivianita, la gema emblemática de Bolivia, tallada a mano e inspirada en la hoja de moscatel de los viñedos tarijeños de la familia Granier.
En cuanto a la inauguración del restaurante que abrirá sus puertas al público en unos dias, Luis Pablo Granier, Gerente General Grupo D&M manifestó: “Para nosotros es un honor poder presentarles hoy nuestro nuevo restaurante ‘José Luis’, ubicado en nuestra finca Los Cipreses, en el corazón del valle de Santa Ana. Este espacio fue creado en homenaje a la historia, legado y la pasión de nuestra familia Granier. Deseamos que sientan este lugar como su propio hogar, en el cual el sabor y la experiencia sean algo verdaderamente especial”.
El lugar encarna una cocina construida sobre el fuego: una técnica noble que transforma con tiempo, que realza sin disfrazar, que respeta. Aquí, todo parte del producto local y de su verdad más pura. El fuego lo acompaña y lo eleva. Y el vino, siempre el vino enmarca cada plato como una celebración.
“Qué mejor ocasión que nuestro Centenario para inaugurar ‘José Luis’. Es un momento muy especial para nuestra familia, porque no sólo abrimos las puertas de un restaurante, sino que en este lugar se refleja nuestra historia, nuestras raíces y el todo el amor por nuestra hermosa Tarija”, expresó Nicolás Granier, director ejecutivo Comercial.
“Nuestro menú ha sido pensado para honrar el fuego, la tierra y el vino. Ofrecemos menús degustación que recorren distintos pasos, cada uno diseñado para dialogar con nuestros vinos y realzar su carácter. También contamos con una carta de platos de autor, más sencillos, pero con la misma identidad, para quienes prefieren elegir su propio ritmo sin perder el alma de nuestra cocina”, señala Nicolás Granier.
Hace cien años, mientras Bolivia celebraba su primer siglo de vida independiente, en el valle de Cinti, al sur de Chuquisaca, Julio Ortiz Linares, patriarca del singani y de la familia Granier Ortiz, comenzó a modernizar el arte de la destilación y la vitivinicultura. Así, en 1925 se originó un método particular de destilación, perfeccionado con el tiempo por el propio Julio Ortiz, sus descendientes, socios y colaboradores. Comenzaba una tradición que hoy se refleja en marcas como Don Lucho, Casa Real y Campos de Solana. En 1975, el yerno de Ortiz, Luis Granier Ballivián, fundó en Tarija la Sociedad Agroindustrial del Valle (SAIV). “Don Lucho”, como era conocido, inició la destilación en el valle de Santa Ana e introdujo el sistema de riego por goteo, transformando un terreno árido en un viñedo productivo que aún hoy se cultiva. Como resultado, en 1981 se lanzó Casa Real, un singani con tres etiquetas que hoy son parte del consumo cotidiano en Bolivia: Etiqueta Negra, Etiqueta Roja y Etiqueta Azul.
Desde entonces, el proceso de destilación ha seguido mejorando. La tercera generación, liderada por Fernando, Luis y Carmen Granier Ortiz, tomó una decisión clave: importar alambiques tipo Charentaise, fabricados por artesanos franceses en Cognac.
En paralelo, fundaron DyM en 1994, con el objetivo de impulsar el desarrollo comercial. Le siguieron lanzamientos relevantes como Don Lucho Pionero en 1996 y, en 2000, Campos de Solana, que ha ampliado la cultura del vino en Bolivia con sus líneas Varietales, Reserva y Gran Reserva.
En años recientes, la cuarta generación —Luis Pablo, María Cecilia y Nicolas Granier Castellanos— ha asumido un nuevo ciclo de trabajo enfocado en la calidad, diversificación e internacionalización del portafolio.
En 2011 nació la marca Don Lucho, y en 2016 se presentó Don Lucho de Oro, el primer singani boliviano añejado en barrica. En 2014, de la mano del cineasta Steven Soderbergh, el singani cruzó por primera vez las fronteras con la marca Singani 63, iniciando un proceso de exportación que continúa creciendo. En 2017 se lanzó Gran Reserva Esther Ortiz. El vino que lleva su nombre rinde homenaje a una figura esencial en la historia de la familia: Esther Ortiz fue un pilar silencioso pero firme, cuya dedicación, carácter y amor por su familia acompañaron y fortalecieron cada etapa del camino. En 2024 se presenta Principia, la primera etiqueta de la nueva bodega Granier Ortiz, orientada a proyectar los vinos bolivianos en mercados exigentes. La cuarta generación también ha apostado por explorar nuevas categorías, con el lanzamiento de Gin Flamboyant y Ron 37 Lenguas.