Adriana Arnéz Torrico, a sus 30 años, es un ejemplo de emprendimiento, creatividad y autenticidad cochabambina. Fundadora de Drika Cuidado Personal, una marca local que trabaja con fibras e hidrolatos naturales para la salud y el bienestar consciente, ha logrado construir una comunidad digital auténtica, posicionar su marca y demostrar que desde Cochabamba también se pueden generar propuestas frescas e innovadoras. Su propia tienda refleja su visión de unir emprendimiento, creatividad y autenticidad. Paralelamente, Drika (como le dicen de cariño) forma parte de la Constructora Arnez S.R.L., lo que le ha brindado una perspectiva más amplia sobre el desarrollo empresarial en el departamento. El mayor desafío que ha enfrentado ha sido abrirse camino en distintos ámbitos, combinando creatividad y disciplina para sostener proyectos a largo plazo.
Cochabamba, desde su mirada, ha crecido notablemente en emprendimientos, gastronomía, cultura y espacios de innovación. Cada vez son más los jóvenes que apuestan por quedarse en la ciudad y desarrollar ideas con impacto real. Sin embargo, Adriana reconoce que el gran desafío sigue siendo modernizar la infraestructura y adaptarse a los cambios globales sin perder la esencia de la ciudad. A esto se suma la situación sociopolítica, que a veces complica el desarrollo de proyectos sostenibles. Para ella, el reto es que el talento local reciba más apoyo, estabilidad y visibilidad, para transformarse en oportunidades reales.
A través de Drika Cuidado Personal, Adriana contribuye al desarrollo económico local trabajando con productores de la región y promoviendo el uso de fibras e hidrolatos naturales de Cochabamba. Su marca genera empleo, especialmente para mujeres de la ciudad, creando oportunidades reales y sostenibles. Además, mediante sus redes proyecta una imagen fresca y auténtica de Cochabamba, mostrando que desde la ciudad se pueden crear propuestas innovadoras con proyección nacional. Su participación en la constructora complementa esta labor, aportando al crecimiento urbanístico y empresarial del departamento. Adriana cree que los líderes y personalidades cochabambinas tienen un papel fundamental: “Ser embajadores de la ciudad. Cada acción, desde redes sociales hasta reuniones y eventos, es una oportunidad para mostrar la creatividad, resiliencia y talento de Cochabamba. Al proyectar estos valores, hacemos que la ciudad se vea con orgullo tanto a nivel nacional como internacional, demostrando que desde aquí también se generan proyectos con visión global, pero sin perder nuestras raíces”.
Su mensaje para las nuevas generaciones es claro y motivador: apostar por Cochabamba. La ciudad está llena de cualidades, oportunidades y gente acogedora que apoya a los emprendedores. Adriana invita a los jóvenes a confiar en sus ideas y autenticidad, porque ser diferente es una fortaleza. Con disciplina, pasión y amor por la tierra, los sueños se pueden transformar en proyectos reales que hagan brillar a Cochabamba y dejen huella en quienes viven y aman esta ciudad.