Gonzalo Guamán Von Borries, a sus 28 años, es un ejemplo de juventud emprendedora y visión innovadora. Desde los 20 años decidió lanzarse al mundo del emprendimiento junto a sus dos mejores amigos, creando su primera empresa, Agua Inmaculada, que promovía un modelo innovador de acceso a agua purificada alcalina. Más adelante, se convirtió en socio de Link Group, una productora de entretenimiento y organización de eventos musicales. Toda esta experiencia lo condujo a integrarse a la empresa familiar, Marmolería Guamán, donde desde hace cuatro años impulsa la innovación, el marketing y la modernización de procesos, aportando nuevas ideas que han fortalecido y proyectado la empresa hacia el futuro.
Para Gonzalo, uno de sus mayores logros ha sido animarse a emprender desde muy joven y ver cómo las empresas en las que participa siguen creciendo y consolidándose. Reconoce que levantar una empresa desde cero no es fácil: implica caídas, ajustes y sacrificios, pero también enseña que con perseverancia es posible alcanzar estabilidad y cumplir los objetivos que uno se traza. Hoy, frente a la crisis económica y política del país, la reinvención se vuelve indispensable. Adaptarse, cambiar las dinámicas de trabajo y mantener la motivación de los equipos son desafíos que enfrentan con resiliencia. Sin embargo, Gonzalo ve en las crisis también oportunidades: en Marmolería Guamán exploran nuevos materiales y productos, trabajando de la mano con su equipo y sus clientes. Porque si algo distingue al cochabambino, asegura, es su capacidad de trabajo, perseverancia y resiliencia frente a cualquier adversidad.
Formar parte de tres empresas le ha permitido generar empleos en varios niveles y confirmar el talento de la gente local. En lo social y cultural, su participación en muestras de diseño como CasaCor y Estilo & Espacios es motivo de orgullo, ya que estas plataformas ponen en alto el nombre de Bolivia en el ámbito arquitectónico y del diseño. La organización de eventos musicales, además, representa un aporte significativo al país: cada espectáculo genera cientos de empleos directos e indirectos, impulsa el turismo y proyecta internacionalmente la riqueza cultural boliviana. Gonzalo cree firmemente que estos espacios no solo fortalecen la economía, sino que también construyen identidad y orgullo local, ofreciendo experiencias inolvidables para quienes asisten.
“El espíritu cochabambino, es único. Crecer en un mercado exigente obliga a ser creativo y resiliente, y por eso se dice: “Si lo logras en Cochabamba, puedes triunfar en cualquier parte del mundo”. La independencia, la valentía para enfrentar retos y la constante búsqueda de innovación convierten al cochabambino en un motor clave para la economía nacional y en un referente de emprendimiento”.
A las nuevas generaciones, Gonzalo les deja un mensaje claro y lleno de motivación: “no se aceleren. En un mundo de inmediatez, muchos buscan el éxito de la noche a la mañana, pero la realidad es que el camino es largo y lleno de aprendizajes. Los errores no son enemigos; son los mejores maestros. Cada tropiezo, asumido con actitud positiva, se convierte en un paso más hacia adelante. Su consejo es disfrutar el proceso, encontrar satisfacción en el trabajo diario y confiar en la propia capacidad. El crecimiento verdadero no viene de evitar errores, sino de aprender de ellos y seguir adelante con convicción”.