A sus cortos 33 años, Andrés lleva más de una década en la fotografía, un camino que empezó en 2012 y que lo ha llevado a contar historias desde bodas hasta proyectos creativos para marcas. “Uno de mis mayores logros fue alcanzar la portada de Vogue Tech México gracias al concurso Huawei Next Image y sin duda el lograr trabajar con marcas enormes a nivel nacional y mundial que en algún momento solo lo veía como un sueño”.
“Cochabamba ha demostrado una capacidad enorme para reinventarse. Tenemos una fuerza creativa, gastronómica y cultural que ha sabido abrirse paso. El desafío, sin duda, es proyectar todo ese talento hacia afuera, romper las barreras de la centralización y demostrar que desde aquí también marcamos tendencia. Su aporte es convertir momentos en inspiración y darles visibilidad a proyectos locales, ayudando a que su trabajo llegue más lejos y tenga el reconocimiento que merece. Al mismo tiempo, mi trabajo aporta a que marcas y emprendedores tengan una imagen profesional que les permita crecer, competir y mostrarse con orgullo”, nos dice y complementa: “Tenemos la responsabilidad de ser embajadores de lo que somos. No se trata solo de brillar individualmente, sino de abrir camino para que otros talentos también puedan ser vistos. Cochabamba necesita voces que conecten con el mundo, mostrando que aquí hay innovación, arte y pasión que merece ser exportada”.
Finalmente deja un importante mensaje a las nuevas generaciones: “Que crean en lo suyo. Que entiendan que no hace falta tener todo resuelto para empezar: se aprende en el camino. Cochabamba necesita soñadores que no se conformen, que se atrevan a fallar y a levantarse. Si algo me enseñó mi historia es que lo cotidiano puede ser extraordinario si lo desarrollas con autenticidad”.