TST Nº 29

17/4/2025

Alfonso Alem Rojo

Complejo ecoturístico Rumi Kipu - Toro Toro - Potosí

Alfonso Alem, reconocido activista social y político; fue presidente de la Confederación Universitaria Boliviana, diputado nacional, diplomático, promotor de los derechos de los pueblos indígenas. Se desempeñó como consultor independiente, académico e investigador en diversos países de América Latina y organismos internacionales (UICN, OIT, UNICEF, UNESCO, PNUD, PNUMA, FAO. Desde 2015, vive como comunario, productor agroecológico y emprendedor turístico en el Parque Nacional Toro Toro.

Con estudios de Ingeniería química y estudios complementarios en ciencias ambientales, sociales y derechos humanos, a sus 68 años lidera Rumi Kipu, el primer emprendimiento ecoturístico vinculado al Parque Nacional Toro Toro (PNTT) que, a su vez, es el destino nacional con el mayor índice de crecimiento en los últimos años, habiendo multiplicado su visitación por diez en menos de cinco años. Se trata de un emprendimiento familiar que complementa el amor por el singular paisaje torotoreño y la apuesta por la sostenibilidad y la autosuficiencia, conjugando el uso de energía solar, el uso, tratamiento y reúso de todas las aguas que emplea, el compostaje y nuestra propia producción agroecológica con las compras locales y los circuitos cortos que nos permitan cubrir nuestros déficits con los productos del entorno inmediato, buscando estimular la producción local y reducir al mínimo la huella de carbono del acceso de estos productos al mercado. “Toro Toro no es ajeno a los factores que han hecho del Norte de Potosí una región tradicionalmente expulsora de población: suelos pobres y degradados, relativo aislamiento físico, sobreexplotación de sus recursos naturales, desestructuración de sus formas históricas de gestión territorial…; sin embargo, la excepcional riqueza y diversidad del patrimonio geológico, paleontológico, espeleológico, arqueológico, biológico y cultural, que albergan sus montañas, cavernas, cañones y valles, hace de este singular escenario un destino irrepetible”, nos dice y complementa: “El privilegio de albergar un sinclinal que ha preservado inalterada la estratigrafía de la corteza terrestre en la que se puede leer la historia del planeta como en las páginas de un libro, contar con el mayor número de huellas de dinosaurios del planeta, un sistema cárstico con más de cincuenta cuevas y cavernas -incluida la de Umajalanta, la más profunda del país-, más de diez cañones que pueden ser el mayor paraíso para los amantes del cañonismo y los deportes de aventura; los vestigios arqueológicos que hablan de ocupaciones humanas con una antigüedad de entre cinco y siete mil años, endemismos como el de la paraba de frente roja, peces cavernícolas, varias especies de murciélagos, colibríes, lagartijas, y una población que ha sabido conservar los rasgos fundamentales de su legado cultural y su capacidad de gestionar el control de sus diversos pisos ecológicos, son los rasgos más sobresalientes de este espacio en el que se encuentra enclavada el área protegida más pequeña del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Por otra parte, el PNTT constituye el único destino que cuenta con una asociación de más de 150 guías locales capacitados y una creciente infraestructura de servicios turísticos (hospedaje, refacción, transporte, etc) que, junto al nuevo camino asfaltado que une Toro Toro con Cochabamba (130 km), ofreciendo condiciones inigualables para todos los gustos y presupuestos”.

Alfonso está seguro al afirmar que lo que hace único a nuestro país es la diversidad y autenticidad de su oferta turística: “Si bien es posible que otros países de la región con mayor desarrollo en este sector saquen mejor partido de sus atractivos y logren una cuantía de ingresos saneados a la que podríamos aspirar sin ningún complejo, hay una franja creciente de la demanda que busca autenticidad y mantenerse lejos de las grandes marcas y cadenas de operadores y servicios turísticos. Por ello, considero que, si bien debemos hacer un descomunal esfuerzo por ofrecer estándares de calidad y facilitar la accesibilidad y articulación de nuestros destinos, ello no debería sacrificar el incomparable sabor de lo “hecho en casa”, que es la principal ventaja competitiva de nuestro país; velando por que el deseable crecimiento de la visitación turística a nuestro país no se convierta en un proceso de masificación que vandalice nuestros destinos y diluya el sello identitario local en la marea de marcas y operadores globales, desplazando a los oferentes nacionales, locales y comunitarios de los servicios turísticos”.

Finalmente nos dice: “A partir de la pandemia, se ha observado el destape del turismo nacional como un fenómeno nuevo que hay que consolidar y proyectar. La creciente infraestructura caminera y de servicios, junto a un mejor nivel de ingresos de una amplia franja de población boliviana, hoy hacen posible que los bolivianos salgamos a conocer y valorar mejor nuestro extenso país, contribuyendo a poner en valor su extenso patrimonio natural, histórico y cultural.  Por otro lado, el débil pero sostenido crecimiento del turismo extranjero es el principal valedor del potencial de nuestro país, aunque resulta indispensable diversificar y ampliar los destinos que se ofrece al visitante, a medida que se amplía y cualifica la oferta de los servicios asociados, así como la información y mercadeo de la oferta turística nacional. Esta descomunal tarea es impensable si no existe el convencimiento en el nivel central del Estado sobre la apuesta por el desarrollo de este sector y la construcción de una sólida estrategia que, partiendo de la situación existente, proyecte en el corto, mediano y largo plazo metas razonables de crecimiento, proveyendo de los recursos de inversión en bienes comunes y colectivos, a nivel nacional, departamental y municipal que permitan dinamizar la inversión privada, social e incluso comunitaria en los servicios que hagan justicia a la magnificencia de nuestros productos turísticos”.

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