“Ser mamá es un honor y una bendición que me ha permitido ser testigo de los milagros del amor incondicional. Me ha dado la oportunidad de ser la guía de dos grandes tesoros que, con el tiempo, me han enseñado tanto como yo a ellos. Ser madre implica un compromiso constante de acompañar a mis hijos en cada paso de sus vidas, mostrándoles con ejemplos y consejos cómo construir un camino sólido, basado en valores, amor y respeto. Mi mayor meta es verlos alcanzar sus sueños, ser exitosos en lo que elijan hacer y, lo más importante, ser seres humanos íntegros y compasivos”, nos dice para comenzar esta exitosa ejecutiva, que esta a la cabeza de REMOTEXBO S.A y que es mamá de Rodrigo Cespedes Benavides y Camila Cespedes Benavides.
Auditora de profesión, con una maestría en Administración de Empresas y más de 22 años de experiencia en el mundo bancario, alcanzó uno de sus mayores logros al asumir la dirección de REMOTEXBO S.A., una empresa que pertenece al grupo Mercantil, dedicada al retail de moda. “Esta transición representó un desafío significativo, ya que entrar al mundo del retail, siendo una industria tan dinámica, fue todo un aprendizaje. A lo largo de estos 7 años, he sido parte activa en la construcción y consolidación de este proyecto, y aunque ha sido un camino lleno de desafíos, cada paso me ha enseñado lecciones valiosas que hoy día me impulsan a seguir creciendo profesionalmente y como mujer”.
“Vivimos en una era de acceso ilimitado a la información y avances tecnológicos, donde la inteligencia artificial está transformando rápidamente la manera en que interactuamos con el mundo. Como mamá, uno de los principales desafíos es garantizar que mis hijos naveguen este entorno digital de manera segura y ética. Es crucial enseñarles a ser responsables con el uso de la tecnología, a respetar la privacidad propia y ajena, y a ser conscientes de la importancia de manejar los datos con responsabilidad. En un mundo donde todo está al alcance de un clic, el verdadero desafío radica en guiarlos para que tomen decisiones informadas y respetuosas”, nos dice convencida y complementa: “El equilibrio entre mi vida familiar y profesional ha sido un reto constante, pero también una prioridad para mí. En este camino, he tenido la fortuna de contar con el apoyo incondicional de mis hijos, sin los cuales no habría sido posible llevar una vida tan equilibrada. Al principio, mi carrera demandaba muchas horas, viajes y desvelos, pero juntos hemos encontrado la manera de organizar nuestras agendas. Los domingos son sagrados; esos días son exclusivamente para disfrutar en familia, sin distracciones. Ese compromiso con mi familia es una de las leyes que rigen mi vida.